jueves, 24 de febrero de 2011

Salmo 56


Salmo 56 
(Liturgia de las Horas Jueves II).
Oración matutina de un afligido.

Misericordia, Dios mío, misericordia,
Que mi alma se refugia en ti;
Me refugio a la sombra de tus alas
Mientras pasa la calamidad.

Invoco al Dios Altísimo,
Al Dios que hace tanto por mí:
Desde el cielo me enviará la salvación,
Confundirá a los que ansían matarme,
Enviará su gracia y su lealtad.

Estoy echado entre leones devoradores de hombres;
Sus dientes son lanzas y flechas,
Su lengua es una espada afilada.

Elévate sobre el cielo, Dios mío,
Y llene la tierra tu gloria.

Han tendido una trampa a mis pasos
Para que sucumbiera;
Me han cavado delante una fosa,
Pero han caído en ella.

Mi corazón está firme, Dios mío,
Mi corazón está firme.
Voy a cantar y a tocar:
Despierta, gloria mía;
Despertad cítara y arpa;
Despertaré a la aurora. 

Te daré gracias ante los pueblos, Señor,
Tocará para ti ante las naciones:
Por tu bondad, que es más grande que los cielos;
Pro tu fidelidad que alcanza a las nubes.

Elévate sobre el cielo Dios mío,
Y llene la tierra tu gloria.

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