“Al hombre moderno, todo le parece calculable, reducible a una cifra. Tiene una fe suprema en la estadística y execra la idea del misterio” (HESCHEL p. 44)
“Si el mundo es para nosotros tan sólo poder, si estamos tan absorbidos por la fiebre del oro, el único dios que podemos encontrar es el becerro de oro. La naturaleza como una caja de herramientas es un mundo que no apunta más allá de sí mismo. (HESCHEL P. 47)
El sentido de la grandeza y lo sublime ha desaparecido de la mentalidad moderna. No se educa para lo sublime. Enseñamos a los niños a medir, a pesar. No les enseñamos a reverenciar, a percibir la maravilla y el pavor. La sublimidad es hebrea de nacimiento.
Lo sublime es aquello que vemos y que somos incapaces de transmitir. Ilusión silenciosa de las cosas a un significado que las trasciende. Fuera del alcance de nuestras palabras, formas, categorías…. Podemos encontrar lo sublime en cada grano de arena, en cada flor, en cada acto de bondad, de búsqueda de la verdad…..
HESCHEL Abraham, Joshua (1984). Dios en busca del hombre. Ed. Seminario Rabínico Latinoamericano, Buenos Aires, cit. Pos. AGUILAR, Luis Armando